sábado, 20 de octubre de 2007

Participaron en el evento de despedida de los maestros.

La Banda de Música del Colegio de Bachilleres y los alumnos de quinto A, con un bailable veracruzano y la interpretación de una canción, participaron en el evento de despedida a los queridos maestros.





Ceremonia de reconocimiento a maestros

En una emotiva ceremonia, les furon entregados reconocimientos a los maestros que prestaron sus servicios en nuestra escuela.














miércoles, 10 de octubre de 2007

Una actividad divertida

El grillo visitante
Ramón Cordero G.
Llegó a la casa sin que nadie lo invitara. Algo típico de ellos, los grillos.
Desde el principio debimos imaginar que iba a ser fuente de problemas y que, por añadidura, pondría a la familia de cabeza. Sí, tal cual: unos contra otros en discusiones sin fin, lo cual nunca había ocurrido en un grupo tan unido.

La visita inesperada
Fue una noche, al estar todos a punto de dormir, cuando nos dimos cuenta de que había entrado un intruso. Era tarde, la luz se había apagado igual que el televisor. De la calle apenas llegaba el murmullo de algún auto. Todo listo para el descanso, la casa permanecía en silencio pero, ¡caramba! Alcanzamos a escuchar sus pisadas, a pesar del cuidado que había tenido el husmeador por pasar desapercibido.
Seguro que él no había notado la envoltura de papel celofán que quedó en el piso después de haber sido volada por la brisa nocturna.
“Trac... trac... trac... trac...”
Mamá se levantó de un salto. Estaba sumamente nerviosa e insistía en que papá se hiciera cargo de la situación.
Mala idea. Ya conocíamos lo que seguía. Buscaría en el armario el bat que nunca había sido usado para golpear una pelota de béisbol. De hecho nunca había servido para nada, como no fuera el proporcionar una cierta sensación de seguridad. Papá lo había comprado, según él, con fines defensivos.
Conforme a lo esperado, buscó el recio garrote y salió valientemente con rumbo a la cocina. En nuestra casa, valiente significa que papá va equipado con su porra; pero sujeto a la espalda de mamá, quien debe ir al frente ya que es bastante menos impresionable que el autor de mis días.
El caso es que, al momento de encender la luz para sorprender al invasor, éste reaccionó tan rápido que logró ocultarse tras el refrigerador sin que pudieran verlo con claridad.
Imposible hacer una identificación, menos un retrato hablado.

Indeseable alimaña
Así como los valentones suelen exagerar: “Me enfrenté con 17 leones mientras tenía una mano atada y los ojos vendados”, de la misma forma actuaron mis papás.
Él afirmaba que se había tratado de una enorme tarántula, de esas que abundan en las selvas amazónicas, pero no en el departamento de una ciudad. Mamá decía, en cambio, que era un simple alacrán; aunque eso sí, bastante grande. También es necesario decir que por la ubicación de la casa, era poco probable que hubiera alacranes en varios kilómetros a la redonda.
Lo mejor que se les pudo ocurrir fue iniciar una cacería, motivo por el cual todo el día siguiente lo ocupamos moviendo muebles, escombrando trebejos y rociando una buena cantidad de insecticida. Rotundo fracaso. El cadáver del culpable no apareció y nos vimos obligados a hacer guardias para resguardar la vivienda de cualquier peligro.
Serían las tres de la mañana cuando mi hermano dio la voz de alarma.

¡Qué decepción!
No había arácnido y menos de escala gigantesca. Se trataba de un miserable grillo que ni siquiera llegaba a los dos centímetros de longitud. Si acaso, uno y medio. Papá blandió su bat y cuando estaba a punto de descargar el mortal golpe, fue detenido por varios de nosotros. Ahí comenzaron los problemas. El dilema era el siguiente: aplastar al grillo o dejarlo vivir.
Argumentos iban y argumentos venían, los ánimos se caldeaban, se tomaba partido y la solución final... quedó en nada. El grillo, dándose cuenta de la oportunidad que le brindábamos, aprovechó para poner pies en polvorosa, justo con el tiempo suficiente como para encontrar una rendija en la cual ponerse a salvo.
¿Más guardias? ¿Mover los sillones otra vez? ¿Volver a atentar contra la propia vida con una nueva ración de matabichos?
No, quedó decidido. El grillo se quedaba.

Noches de gala
Como teatro donde se presentan los grandes artistas de la ópera, así se transformó la casa. Imponentes conciertos en cuanto las luces se apagaban en la sala. Una aria seguida de óperas completas. Vaya tenor monumental. El grillo cantaba sin cesar, si es que así se le pude llamar a ese ruido que resulta de frotar las alas. Pavarotti, Fernando de la Mora o Plácido Domingo, eran casi mudos junto al empeñoso insecto.
¡Qué manera de escandalizar!
Hasta yo, uno de los fervientes defensores de la vida del animal, me arrepentía por haber impedido el mazazo de aquella otra noche. Comenzaba a detestarlo. Tanto que hasta inicié una investigación en libros varios, a fin de averiguar cuál sería la forma más certera para sacarlo de mi vida y sobre todo, de mis noches tranquilas.

Un libro salvador
Ah, pero de las cosas que se viene uno a enterar en los libros… Al menos para el grillo, fue su salvación. Descubrí que “cantan” para llamar a alguna grilla doncella con deseos de establecer una seria y bonita relación de noviazgo. “Insectas feas o con mal humor... favor de abstenerse”.
“Pobre poeta”, dije de mi grillo cantador. Estás condenado a la soledad y al abandono al intentar vivir como un gorrón. La razón era simple. Ninguna hembra cometería la locura ir a buscarlo, toda vez que estas damiselas, una vez fecundadas, tienen que depositar sus huevecillos bajo la tierra o en el tallo de alguna planta. Así que, no habiendo alguna de estas dos cosas en casa, no existiría pretendienta interesada, a menos que estuviera en favor del control de la “grillenta” natalidad.
Además, los bicharracos de esta especie se suelen alimentar con vegetales y algunos animalillos como los pulgones. Conclusión: nada de esto hallarían en nuestro departamento de ciudad.
Hay que imaginar lo que la presunta novia pensaría, si ello fuera dado a los insectos: “¿Muerta de hambre y sin hijos? ¡Eso jamás!


Con su música a otra parte
Transcurrieron días y semanas. El enjundioso canto comenzó a languidecer.
¿Decepción de amor? ¿Falta de comida? Imposible saberlo. Justo a los dos meses el artista calló para siempre. Los hermanos especularon sobre la posibilidad de que se hubiera mudado a un barrio más propicio para el romance.
No lo dije para no apenarlos; pero si se mudó, fue al otro mundo. En aquel libro que había consultado estaba escrito con claridad: los ejemplares de esta artística familia viven mes y medio o cuando mucho dos. Más o menos lo transcurrido desde la incursión inicial.
¿Regresará? Quizá alguno de sus congéneres.
¿Le daremos un pisotón o le dejaremos vivir? En estas condiciones, ambas cosas son una crueldad. Al menos yo me comprometo a que si otro Caruso me llega a visitar, no le daré hospitalidad. El canto gusta, agrada y acompaña, pero será expulsado de la casa y lo dejaré en libertad.

Conocer de grillos
Otro descubrimiento consistió en darme cuenta de que los grillos y otros insectos son parte de un mundo fascinante sobre el que vale la pena conocer más.
Hay muchos libros sobre ellos y la mayoría tienen unas ilustraciones que valen la pena. El mío me gusta en particular y por eso anoto los datos, por si te interesa consultarlo en la biblioteca o conseguirlo en alguna librería:
Mound, Laurence: Los Insectos. México, Alfaguara, 1992, (Biblioteca visual Altea).
¿Quieres hacer un grillo con papel y otros materiales simples? Excelente, una actividad manual que puedes encontrar en internet. La dirección es:
http://www.elbalero.gob.mx/bio/html/zoo_papel/grillo.html
Si lo que te interesa es su clasificación, algunas fotografías y datos variados sobre sus características biológicas, entonces puedes ir a:
http://redescolar.ilce.edu.mx/
Ah, pero si quieres aprender a capturarlos y hasta a criarlos, entonces debes usar estas dos direcciones:
http://insected.arizona.edu/espanol/grilloinfo.htm (para atraparlo)
http://insected.arizona.edu/espanol/grillorear.htm (la manera de criarlo)
Y para dar punto final con un toque literario, un cuento de primera línea salido de la pluma de Charles Dickens (el mismo que escribió: David Copperfield, el Cuento de Navidad y Oliver Twist), y que se encuentra en el sitio de la Biblioteca digital Miguel de Cervantes. El nombre del cuento es: “El grillo del hogar”. Su dirección:
http://www.cervantesvirtual.com
También te recomendamos que leas los artículos “Los chapulines” y “Plaga de langostas y demás saltamontes”.

El valor del mes de octubre

Valentía.-

Hombre o mujer que se esfuerza con ánimo y tenacidad para enfrentar la vida.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Con un convivio en el aula sus compañeros y maestro festejaron a Dianarely y a Nayelly por su onomástico.
















Estuvieron muy contentas Dianarely y Nallely con sus amigas.

Todo el grupo compartió en una animada reunión.








Compartieron un delicioso pastel